Si ve al comienzo de la película unas escenas de guerra, no
se preocupe, solo es un minuto. En realidad es una nueva película de exaltación
de la libertad de prensa que saca a la luz decisiones políticas
injustificables.
¿Y qué consideran los norteamericanos injustificable? Muchas
cosas y, entre ellas la duración y las bajas de la guerra de Vietnam, que según
los papeles del Pentágono se mantuvo con mentiras y falsas espectativas, cuando
en realidad solo se trataba de evitar una humillación a EEUU.
Película de redacciones inmensas con máquinas de escribir,
teléfonos de mesa, redactores echando humo ante directores frenéticos que
terminan chocando con la propietaria del periódico, el Washington Post, que
tiene que tomar deprisa decisiones éticas y políticas a las que no está
acostumbrada, porque es una tranquila dama, madre y abuela a la que el destinoha obligado a estar ahí. Magnífica como siempre
Meryl Strep.
La película termina con la escena nocturna del guardia y la
linterna en el edificio Watergate, como remarcando que estos excesos políticos
siempre caban por saberse.
En resumen una entretenida película ya vista, de la eterna
lucha entre prensa y política. Siempre latente , con estallidos ruidosos y
connivencias frecuentes.
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