miércoles, 8 de agosto de 2018

EL EGIPTÓLOGO





El autor de esta novela sobre Champollion es también egiptólogo. Como es sabido, Champollion es el gran descubridor de la lengua jeroglífica a partir de la piedra Rossetta, en la que un mismo texto estaba recogido en tres lenguas: jeroglífica, copta y griega.

La novela recoge el único viaje que el gran lingüista realizó a  Egipto, acompañado por unos pocos científicos y dibujantes. En barcos por el Nilo llegan hasta Nubia, intentando hacerse cargo de la situación de los restos arqueológicos egipcios, y así intentar confirmar sus trabajos previos realizados en Europa a partir de los elementos llevados par la expedición napoleónica de principios de siglo(1798-1801).

Si tenían ustedes la curiosidad de saber cómo trabajó Champollion sobre los jeroglíficos, no la saciarán en esta novela, pues parece que los trabajos son previos al viaje, en el que no hizo sino confirmar sus descubrimientos previos y aportar nuevos materiales.

El viaje de Champollion es más bien una aventura llena de peligros, con constantes emboscadas de sus enemigos. Es constante la decepción y la desesperación de los egiptólogos, al ver convertidos en ruinas tumbas y templos de gran valor. Los árabes, por entonces señores de la tierra egipcia, dirigidos por señores de la guerra, ignoran, destruyen y desprecian lo que llaman piedras antiguas.

Llama la atención la actitud reverencial de Champollion  ante el arte antiguo egipcio, que considera fuente de una inmensa sabiduría que sustituirá, cuando sea conocido, al cristianismo. De hecho considera que su misión es desvelar esa sabiduría  acerca de la vida y de la muerte, de los dioses y de los hombres. Ante ello no escatima ningún esfuerzo, ni rehúye ningún peligro. De hecho  la expedición minó su salud y le llevó a una muerte temprana. (43 años).

Para amenizar el relato, se añade al equipo una misteriosa dama inglesa, sobrina de Young, el egiptólogo inglés, que actúa como espía de su país e introduce un factor de interés erótico que no se resuelve.

La novela es interesante por lo que tiene de histórico, pero se hace reiterativa y abstracta en sus obsesiones.


CHRISTIAN JACQ

Plaza y Janés

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