En el siglo IV dC, una mujer religiosa llamada Egeria partió
de Galicia (España) para peregrinar a Tierra Santa, donde Cristo había vivido.
Dejó algunos escritos testimoniales, que han servido para
conocer como estaban los Santos Lugares antes de las invasiones musulmanas.Ana Muncharaz, periodista, toma como base estos escritos para imaginar como sería el viaje de Egeria, y completar lo que los escritos no dicen.
Egeria pertenecía a una clase social elevada, y estaba emparentada con el emperador Teodosio, lo que le facilitó viajar sola con cierta protección. Recorre toda Europa hasta Constantinopla, y de allí parte hacia Israel donde visita todos los lugares que aparecen en la Biblia.
Escribe a sus hermanas religiosas contándoles no solo su periplo, sino también sus pensamientos y sentimientos, incluso experiencias místicas.
Prolonga su viaje hasta Egipto, para conocer a los eremitas del desierto. finalmente, decide no volver a Europa.
La autora crea personajes y situaciones verosímiles, y hace
frecuentes reflexiones sobre el efecto que el viaje va causando en la viajera,
siempre en una línea de profunda religiosidad. Quedan, sin embargo, muchas
preguntas en el aire que la autora no plantea, lo que deja una cierta insatisfacción
al lector.
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