miércoles, 2 de mayo de 2018

LA SEMILLA DE LA BRUJA Margaret Atwood




Un  director teatral,original y extremoso, es traicionado por su más íntimo colaborador, y se ve abocado a aceptar un trabajo basura en un Centro Penitenciario, para dar clases a los reclusos .Con un nombre ficticio que lo aleje de su antigua fama, el señor Duke decide proponer a sus alumnos cada año una obra de Shakespeare, y representarla. Tras "Julio César" y "Macbeth", decide hacer "La Tempestad".

Este es el original planteamiento con el que Atwood nos introduce a la vez en la representación de una de las más difíciles obras del dramaturgo inglés, y en la alambicada venganza del director arrinconado. En la Tempestad intervienen hombres y mujeres, pero también monstruos como Calibán y espíritus sutiles, como Ariel. Todos en una isla perdida, donde se dirimen amores, acosos, venganzas y perdones, que la autora va ligando sutilmente con la vida de sus personajes.

La representación final, grabada en video, conducirá a muchos de los reclusos a una verdadera catarsis, que es la finalidad esencial del teatro. Desde sus vidas rotas proponen lecturas nuevas para el drama, a veces disparatadas, otras inteligentes, siempre sinceras, porque tienen poco que perder. La venganza del director frente a los que tramaron su caida, resulta algo confusa e inverosímil.

La presencia de la niña  Miranda añade un toque sutil y misterioso a la obra, que en general resulta interesante, en especial y si conoce el teatro de Shakespeare, y especialmente la Tempestad.

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