Con este trasfondo histórico, Waltari crea su protagonista,
un médico inteligente y honrado, hijo adoptivo de un cirujano de pobres en
Tebas y de su compasiva esposa, que rescatan al niño de una cestita de cañas en
las orillas del Nilo. Una vez aprendidas las artes médicas en el Templo de
Amón, Shinué se acercará a la corte gracias a la protección del Trepanador
real, que le enseña su arte. Conocerá entonces la ceguera del amor, que le
llevará a desconfiar de la belleza femenina, verá morir por su culpa a sus
padres, y creará los lazos de amistad que permanecerán a lo largo de su vida:
el guerrero Horemheb y al artista Thotmés. Pero especialmente conocerá al nuevo
Faraón, epiléptico y místico, enfermizo e iluminado, al que acompañará como
médico y cuyos encargos cumplirá con sus viajes por el Mediterráneo.
En efecto, durante unos años, Shinué viaja por el mundo,
valiéndose de su arte médica y mandando valiosas informaciones a Horemheb, Jefe
del ejército del Faraón. Vive en Babilonia, en Creta, en el país de los hititas
y en el de Mitanni. Sus viajes están
llenos de aventuras. Finalmente regresa a su añorado país de Kemi, porque "quien
ha bebido agua del Nilo no puede saciar su sed en ningún otro río".Entonces
se produce el tremendo fracaso de la religión del Faraón, su empeño por
eliminar a los otros dioses y conducir a su pueblo a una religión más pura e
igualitaria. El pacifismo del Rey desemboca irónicamente en tremendas violencias,
muertes y enfrentamientos que llevan a su esposa, Nefertiti, hija de su visir
Ai a procurar su muerte, Y será el propio Shinué el que proporcione a
Akenatón la droga que lo llevará a su
sueño eterno en el Valle de los Reyes. La ciudad del Horizonte desaparecerá
bajo el desierto, como si nunca hubiera existido.
Aún hará Shinué, ya viejo, algunos servicios más a la corona,
ceñida ahora por el Rey niño Tutankamón. Pero finalmente será desterrado a la
costa del Mediterráneo, bajo custodia, por el nuevo Faraón, su amigo Horemheb,
casado con la Princesa Baketamón. Allí, en soledad, escribirá sus memorias,
según afirma, no para los dioses ni para los hombres, sino para sí mismo.
Porque Shinué guarda un secreto, que su presencia en la corte
le ha permitido conocer. Él es, muy probablemente, hijo del viejo Faraón,
Amenofis III y de su esposa niña Tadu-Hepa, Princesa de Mitanni. La envidia de
la que sería Gran Esposa Real, Tiy, le condena a ser arrojado al Nilo, por
haber nacido antes que su propio hijo, el que será Akenatón. Así que Shinué
sabe que pudo ser Faraón, pero sólo fue un hombre solitario y libre, que se
permitía a sí mismo preguntarse el porqué de las cosas. El hombre reflexivo,
que se dio a sí mismo un criterio moral, que se desengañó de los dioses y sus
mentiras e injusticias, y cultivó la amistad y lealtad con personas humildes y
con Reyes. El hombre que amó apasionadamente a su patria-la de las tierras
negras-y conoció el mundo entonces conocido.
EL RELATO DEL MÉDICO EGIPCIO
Han dicho bastantes egiptólogos, que la novela de Waltari
recoge magníficamente lo que se sabe del mundo egipcio: historia, mentalidad,
costumbres, creencias…El relato está muy bien entrelazado. Consta de 15 libros
con unidad temática, subdivididos en capítulos. Está narrado en primera
persona, como quien escribe sus memorias, sin que se vean dudas ni
desfallecimientos en la historia. Shinué se muestra como un observador atento
de la realidad, pronto a describir paisajes, ciudades,, casas y palacios. También
los personajes están muy bien definidos, incluso por su modo de hablar, como
por ejemplo el esclavo Keptah, un tipo pícaro, práctico y sin escrúpulos, pero
siempre fiel a su amo el médico.
Su oficio de cirujano y su natural compasivo llevan a Shinué
a vivir entre el pueblo de Tebas, cerca del río. Pero también en los palacios
intenta mantener su integridad, aunque sabe que la política es el reino de la
mentira. Por eso simpatiza con el Rey "loco" Akenatón, que lleva a su
pueblo al hambre y a la destrucción, queriendo implantar su bella utopía de
fraterna igualdad. Junto a los cortesanos aparecen los sacerdotes de Amón, los
guerreros, los comerciantes y las mujeres, unas buenas y compasivas, otras
lascivas y vengativas, como la bella Nefernefernefer.
El lenguaje el elegante y correcto, y la acción y los diálogos,
siempre bien trabados. Fondo y forma se unen para configurar una de las mejores
novelas históricas de nuestro tiempo, una novela sobre un mundo misterioso que
nos lleva a comprender mejor la naturaleza humana tan similar siempre a sí misma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario