Jean Luc Bannalec
Ed. Grijalbo
Bien presentado, con letra grande, una más de las novelas
policiacas que acaban formando una serie de casos de un policía, en este caso
el comisario Dupin, en la Bretaña francesa.
Convocado a un seminario de formación de altos cargos de la
policía en la ciudad de Saint-Malo, Dupin es casualmente testigo de un
asesinato de una mujer, y deberá resolverlo en colaboración con sus colegas. A
este asesinato siguen otros tres relacionados con la alta cocina y los negocios
de restauración de la zona, muy conocida por su buena mesa. La falta de pistas
y de motivaciones evidentes paralizan la investigación, hasta que Dupin intuye
un posible motivo, y con la colaboración de sus colegas consigue dar con el asesino.
Estas novelas entretienen un viaje o una tarde tranquila.
Abundan los diálogos, no hay en ella escenas violentas ni sexuales, y tiene
como trasfondo la gastronomía. Se nos habla de ostras, de ron, de menús largos
y estrechos, de buenas comidas y bellos paisajes cerca del mar del norte. Los
policías, mientras investigan, al menos comen bien, no como los suecos que sólo
mordisquean una pizza fría.
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