Esta excelente novela requiere para su completo disfrute el
haber leído alguna biografía de William Shakespeare. Todo el que lo hace sabe
la profunda insatisfacción que provoca lo poco que se sabe del gran dramaturgo
inglés, a pesar de que muchísimos estudiosos han escudriñado cualquier papel,
cualquier pequeño rastro que pudiera ayudar a explicar la genialidad de
Shakespeare. Lo poco que se sabe de él resulta decepcionante, y provoca las
ideas absurdas sobre su vida, incluyendo la de negar su existencia. De esa
ausencia de datos nacen inventos sin pies ni cabeza como “Shakespeare in love”.
No es el caso de esta novela de Maggie O’Farrell, que lleva
por título el nombre propio del único hijo varón del matrimonio que Shakespeare
contrajo con Anne Hataway, Hamnet, que se escribía también Hamlet, como el
príncipe danés protagonista de su obra más famosa. O’Farrell recrea con mucha
sensibilidad las circunstancias de la vida en Strafford donde nació y vivió su
infancia y juventud William. Intenta así explicar su extraño comportamiento
marchando solo a Londres donde vive con gran austeridad, empleando el dinero
ganado en comprar tierras y una gran casa en su ciudad de origen donde vivirá
su familia.
En realidad, la explicación parece radicar en la personalidad
de su esposa Anne o Agnes y en las condiciones de salud de sus hijos. Pero no
conviene hacer spoiler, y sí animar a la apasionante lectura que se caracteriza
por la delicadeza e imaginación detallista, por la atención hacia lo misterioso
y pegado a la tierra, y por la morosa descripción de ambientes y sentimientos.
En especial los retratos femeninos están hechos con gran delicadeza, con
momentos de verdadera emoción.
Creo que el lector de esta novela de Maggie O’Farrell ya
nunca podrá pensar en el gran Shakespeare sin imaginar su vida y la de sus
seres queridos en el pequeño Strafford on Avon.
No hay comentarios:
Publicar un comentario