La Princesa china Turandot es la Pura, la Intocable, la
Gélida, que vive para cumplir una venganza femenina: que sufran los extranjeros
atraídos por su belleza, por el extranjero que violó y asesinó a su dulce
antepasada.
El pueblo le pide compasión con el apuesto Príncipe de
Persia. Pero ella, con un gesto desdeñoso, lo envía al verdugo.
Calaf es Príncipe en un país vecino. Su padre, Timur, ha sido
destronado, y ambos huyen por separado de sus enemigos.
Quiere el destino que se encuentren en Pekín. El viejo rey,
ciego, es conducido por la pequeña y bondadosa esclava Liú. Ella vive enamorada
del Príncipe Calaf, que una vez le sonrió en el palacio de su padre.
La Princesa Turandot, blanca como la luna, hace su aparición. Calaf se siente
tocado por un rayo :la visión de su belleza le ha trastornado. Sólo la desea a
ella, y desoye los prudentes consejos de los demás, incluso el triple ruego del
Emperador que teme por su vida, y le ruega no empeñarse en una tarea imposible.
Pero Calaf sólo tiene ya un pensamiento: Turandot. La vida
sin ella no tiene sentido. Y golpea tres veces el gong que anuncia su
aceptación del reto. Pero ambos lo ven de distinta manera. Turandot dice: los
enigmas son tres, la muerte es una. Calaf responde: los enigmas son tres, una la vida.
Ante la corte, la Princesa, hierática, propone sus tres
enigmas:"¿Qué es la luz irisada que
cada noche muere y cada día renace?"Calaf entra en su corazón y dice :"¡La esperanza!"Los sabios corroboran;
La esperanza, la esperanza, la esperanza…
Mortificada, la Princesa vuelve a preguntar "¿Qué es lo que se enfría con la muerte,
arde en el esfuerzo, decae en el olvido?"Calaf de nuevo responde :¡La sangre!, y los sabios corroboran,
Turandot propone:"¿Qué es el hielo que enciende el fuego, y se hiela
más ante más fuego?"Cree tener en sus manos el triunfo. Calaf duda. Finalmente
grita :"Turandot!!".El
pueblo le aclama: él ha vencido.
Pero la Princesa no acepta la derrota, pide a su padre que no
se cumpla el acuerdo, que no la obligue a casarse con el extranjero. Ve el amor
como una humillación, como la pérdida de su poder. Pero el Emperador dice que
el joven ha vencido limpiamente. Se jugó
por ti la vida, dice.
Finalmente, se dirige
a Calaf ¿quieres tenerme así, humillada, vencida,
furiosa por la derrota?
El Príncipe exclama ¡
No! Te quiero enamorada, temblando de amor y de pasión. Tú, Princesa, me has
puesto tres enigmas. Yo te pondré uno: Antes del alba dime cómo me llamo. Si lo
adivinas, el verdugo cortará mi cabeza. Si no, serás mía .Calaf lo fía todo
al amor, y pone su vida de nuevo en manos de Turandot.
Turandot aún se resiste débilmente : soy sagrada, hija del cielo!.Pero Calaf ha ganado la partida. Un
beso sella la rendición de Turandot, y es entonces cuando Calaf le dice su
nombre y su origen. Aún no ha amanecido.
Ante el Emperador y la corte la Princesa exclama: Padre ,hijo del cielo, sé su nombre!. Que
dirá ?Una palabra suya puede ser la vida, otra la muerte. Y ante el asombro de
todos exclama: su nombre es Amor!.
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