La historia es conocida. La Baronesa Blixen, nacida en
Suecia, firmó sus obras con el nombre masculino de Isak Dinesen. Vano empeño, pues su mano de mujer se
ve por todas partes. Vivió bastantes años en África, en concreto en Kenia,
donde dirigió, junto con su marido una granja que producía sobre todo café.
La novela es magnífica, aunque su argumento es leve. Cuando se llevó al cine, con Meryl Strep de
protagonista, se centró el interés en su historia de amor extramatrimonial con
el cazador , aventurero y piloto de aviones ligeros Denis Finch.La muerte de
éste en accidente y su tumba en las montañas de Kenia constituyen el hilo argumental. No sé si la baronesa
estaría muy de acuerdo con airear sus amores.
Blixen narra sus recuerdos de sus años africanos, lo hace en
forma de anécdotas, pequeñas narraciones llenas
de acierto en el ritmo y la descripción. Nos habla de la granja, de los
animales, de los trabajadores kikuyus y masai, de sus amigos europeos…el rasgo común
es el cariño, el respeto por las personas y los animales, el amor por la
tierra, las extensiones de sabana, los
bosques los poblados…Blixen es sin duda una mujer cristiana, pero muestra poca
simpatía por la labor de los misioneros que trabajan en la zona de su granja.
Quizá son los personajes tratados con menos comprensión en la novela.
El tono es siempre positivo, incluso al relatar hechos duros
o dramáticos. Blixen nos acerca el África que ella conoció, hace un siglo. Todo
ha cambiado desde entonces, y África ha perdido ingenuidad y ha ganado
autonomía. El libro de Karen Blixen queda como un hermoso testimonio del África
colonial , de una mujer culta y refinada, que vivió entre los nativos africanos,
amó aquella tierra, describió a sus gentes, y que al volver a Europa dejó
atrás la tumba de su amante en las
colinas del Ngong.
No hay comentarios:
Publicar un comentario