Los canteros medievales tallaban las piedras y dejaban en
ellas señales que han pervivido como si fueran el alma de las piedras. Así lo
expresa esta novela cuyo tema de fondo y paisaje es el camino de Santiago. Esos
signos en las piedras esconden y revelan a la vez la tumba del hereje
Prisciliano que-según dice- el Obispo Teodomiro transformó en el siglo IX en la
tumba de Santiago.
Esta conocida historia subyace en otra más novelesca, la de
la joven Mabilia, noble francesa que huye de un matrimonio forzado a los 14
años. Se esconde en varios Monasterios haciéndose pasar por chico.
La novela se hace algo lenta, aunque es pintoresca en la
descripción de lugares, caminos, posadas y pueblos. Vemos bullir a los
peregrinos, comprendemos las duras condiciones de aquellos viajes de fe.
Lo menos logrado es la creación de caracteres. Los personajes
son planos, aunque hablen en primera persona, y muchas de sus reacciones son
increíbles. Tienen pocos matices y su lenguaje no es el esperado. Especialmente
resulta difícil de creer que en los diez años que Mabilia pasa en Silos, nadie
se diera cuenta de que no era un hombre.
Probablemente la novela hubiera ganado siendo más breve, más
esencial, más poética y menos doctrinal. Me refiero a la insistencia de la
autora por hacernos ver la importancia del tema de la Inventio, el documento
del Obispo Teodomiro.Si no querían que se supiese, ¿qué más sencillo que
prenderle fuego?.
Paloma Sánchez Garnica
Ed Planeta
No hay comentarios:
Publicar un comentario