lunes, 5 de marzo de 2018

EL ALMA DE LAS PIEDRAS






Los canteros medievales tallaban las piedras y dejaban en ellas señales que han pervivido como si fueran el alma de las piedras. Así lo expresa esta novela cuyo tema de fondo y paisaje es el camino de Santiago. Esos signos en las piedras esconden y revelan a la vez la tumba del hereje Prisciliano que-según dice- el Obispo Teodomiro transformó en el siglo IX en la tumba de Santiago.

Esta conocida historia subyace en otra más novelesca, la de la joven Mabilia, noble francesa que huye de un matrimonio forzado a los 14 años. Se esconde en varios Monasterios haciéndose pasar por chico.

La novela se hace algo lenta, aunque es pintoresca en la descripción de lugares, caminos, posadas y pueblos. Vemos bullir a los peregrinos, comprendemos las duras condiciones de aquellos viajes de fe.

Lo menos logrado es la creación de caracteres. Los personajes son planos, aunque hablen en primera persona, y muchas de sus reacciones son increíbles. Tienen pocos matices y su lenguaje no es el esperado. Especialmente resulta difícil de creer que en los diez años que Mabilia pasa en Silos, nadie se diera cuenta de que no era un hombre.

Probablemente la novela hubiera ganado siendo más breve, más esencial, más poética y menos doctrinal. Me refiero a la insistencia de la autora por hacernos ver la importancia del tema de la Inventio, el documento del Obispo Teodomiro.Si no querían que se supiese, ¿qué más sencillo que prenderle fuego?.
Paloma Sánchez Garnica
Ed Planeta

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