miércoles, 29 de octubre de 2014

LA MUERTE DE ALEJANDRO


 



Alejandro Magno es un mito de la historia como Aquiles, Julio César o –andando los siglos,- Napoleón. Su ambición conquistadora le llevó hasta las puertas de China, buscando los límites más allá del sol. Al frente de un inmenso ejército conquistó un inmenso imperio, desde Egipto hasta la India. La muerte en la plenitud  de su poder y de su fuerza, fijó su mito, acrecentado después por los mil matices de una personalidad rica y compleja. No es un simple hombre de acción, sino que abarca otras facetas, como espiritualidad, reflexión, ambición, sensorialidad, capacidad de mando, de ternura, de crueldad, de ingenio, de generosidad…

Laurent Gaudé es un escritor francés nacido en 1972, graduado en letras modernas, autor de varias obras de teatro y varias novelas. Con la primera de ellas “El legado del rey Tsongor”, obtuvo por votación el premio Goncourt  des lycèennes. En 2004 obtuvo el premio adulto de Goncourt con “El sol de los Scorta”.

La obra que nos ocupa lleva como título original “Pour seul cortège”, que podría traducirse por “Como único acompañamiento” .Este ligero matiz se pierde en la traducción que se ha elegido:”El último cortejo”.

Su argumento es el siguiente: en Babilonia, en una orgía, Alejandro se desploma. Sus generales, aterrados, quieren tener un vaticinio de vida o muerte, y mandan llevar a la vieja persa Sisigambis. Para convencerla es preciso que vuelva a palacio Dripetis, la hija del rey Darío, la que, viuda de Hefestión-el compañero del alma de Alejandro-ha buscado su libertad en un templo colgante de las montañas del Aria.

El vaticinio es de muerte. Dripetis envía a su hijo recién nacido a las montañas, para librarlo de la muerte a la que le condena su sangre. En efecto, a la muerte de Alejandro, son asesinados todos sus allegados y posibles herederos, y sus generales se disponen a luchar entre ellos. Los más destacados son Pérdicas y Ptolomeo.

Se decide llevar el cuerpo de Alejandro a su Macedonia natal. Dripetis se esconde entre los cientos de plañideras que acompañan el cortejo. Pero Ptolomeo ataca el cortejo y cambia el rumbo: irán a Egipto y Alejandro recibirá sepultura en Memfis. El que tenga el cuerpo tendrá el poder.

Dripetis ha tenido una comunicación interior con Alejandro, que quiere descansar en Persia, en una Torre de silencio. Y consigue en secreto de Ptolomeo el cuerpo, quedando en Memfis el suntuoso mausoleo mortuorio.

El cuerpo es echado en una Torre del silencio y su espíritu apresado en una urna que contendrá su último aliento. Ahora serán 5 jinetes de su guardia personal los que se dirigirán con la urna a las fronteras últimas del imperio. Tendrán para ello la ayuda de Ericleops, el amigo fiel al que Alejandro envió como mensajero de su amenaza al rey de la India. Ese mensaje le costó la vida. Ahora guía al último cortejo de Alejandro a la ciudad de Pataliputra donde le espera el Rey Chandragupta. Allí, antes de morir, arrojarán  el hálito de Alejandro más allá de su última conquista.

Dripetis, que se ha salvado de la muerte y ha salvado a su hijo, quedará como testigo.

Esta historia mítica la  cuenta Gaudé de un modo original y polifónico. Cada capítulo se compone de diversos fragmentos, piezas que van integrando la historia. Por un lado la de Alejandro, su muerte y su entierro; por otro, Dripetis, su afán de escapar y salvar a su pequeño, y también su afán por cumplir el deseo póstumo de Alejandro; y después las voces misteriosas del más allá de Ericleops y del propio Alejandro, que guían a los jinetes del último cortejo. Esta mezcla de voces del mundo de los vivos y de los muertos crea un tono especial, espiritualista, en el que todo resulta posible; en especial, que el hálito de Alejandro resida en una urna y pueda ser llevado a los confines del mundo, mientras todos creen que está enterrado en un mausoleo en Memfis.

Se trata de una novela breve, intensa, engañosamente histórica, una especie de poema épico colofón de una vida extraordinaria. El protagonismo de la princesa persa Dripetis introduce el punto de vista femenino en una historia de violencia, ambición, lucha por el poder y audacia sin límites.

 

En realidad, la idea que Dripetis defiende- no con palabras, sino con hechos-es que los débiles son las víctimas de la ambición y el poder de los “grandes hombres”, de su fuerza física, de su crueldad. Las mujeres, los niños, los ancianos, son incapaces de competir en una lucha cuyas armas son la astucia, la ambición de poder y la sensualidad. Por eso ella utiliza la única arma que le queda: desaparecer, no competir, renunciar a las intrigas palaciegas para no acabar siendo su víctima. La reflexión resultante es muy conocida: una civilización es tanto más elevada cuanto más controla la fuerza física y más atiende la razón de los débiles.

La historia de fidelidad ciega de Ericleops es otro de los temas de fondo. Él recibe de Alejandro la orden de llevar su mensaje a un país desconocido y hostil. Y su mensaje es de guerra, por lo que sabe que trasmitirlo le costará la vida. Su cabeza cortada es la respuesta que recibirá Alejandro. La fidelidad hasta la muerte de Ericleops representa el contrapunto a las actitudes de los generales de Alejandro, que matan a sus herederos y se destrozan entre sí por su herencia. Una herencia por otra parte imposible para un solo hombre.

También es preciso destacar la actitud de los cinco jinetes del cortejo final, hombres que pertenecieron a la guardia personal de Alejandro; ellos abandonan las luchas por el poder, y ayudan a la princesa Dripetis a realizar la última voluntad de Alejandro: dar su cuerpo a las torres del silencio y llevar su aliento a la última frontera de su imperio. Y pagan con sus vidas.

Con su tono heroico y su reflexión intimista, la novela lleva a pensar en lo pasajero de las glorias humanas. La vida le fue arrebatada al gran Rey en la cumbre de su juventud y su poder; y lo máximo que se pudo hacer en su recuerdo fue un gran mausoleo falso y un intento de llevarle al confín de su imperio. Y después, nada. Así nos lo cuenta Gaudé.

GAUDÉ LAURENT

El último cortejo

Salamandra 2013

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