David Demby Ed.Acento,1996
Cuando escribió este libro, Demby
era crítico de cine en varias revistas norteamericanas. Tenía 48 años, y hacía
casi 30 que había abandonado las aulas universitarias, cuando decide volver a
la Universidad de Columbia a hacer un curso de Literatura y Humanidades basado
en la lectura y comentario de una selección de obras maestras de la literatura.
Como él mismo explica, el programa
de Literatura de la Universidad de Columbia fue pensado en la década de los 30
del siglo XX con el deseo de preservar la cultura recibida de Europa. Este
canon ha sido muy discutido por la corrección política que la izquierda académica
ha defendido apasionadamente en la Universidad, en reacción contra lo que
calificaban de “libros de varones blancos anglosajones protestantes muertos”. No
es cierto, pero no importa. El canon ha experimentado algunos cambios, pero en
lo esencial sigue siendo el mismo.
Demby relata en este libro su
segunda aventura universitaria, en la que no es un alumno, pero se sienta entre
ellos; no es un Profesor, pero tiene más experiencia y lecturas que sus
compañeros de pupitre. ”Un libro de
aventuras, pues, y también un libro ingenuo escrito por un aficionado, es
decir, un disparate.”
El curso se pone en marcha con
varios Profesores al frente. En el semestre de otoño se leen y comentan : La Ilíada de Homero, Edipo rey
de Sófocles, El banquete de Platón,la Eneida de Virgilio,la Biblia (una amplia
selección),La ciudad de Dios de San Agustín, El Príncipe de Maquiavelo…y otros
más.En el semestre de primavera leyeron
El infierno de Dante, el Decamerón de Boccaccio, Los Ensayos de
Montaigne,El Rey Lear de Shakespeare,El Quijote de Cervantes, Fauusto de
Goethe, Orgullo y prejuicio de Austen, El corazón de las tinieblas de Conrad y
Al faro de Virginia Woolf.
De todas estas lecturas nos da
buena cuenta el autor: la presentación del profesor de turno, las opiniones de
los alumnos, su propia experiencia lectora, sus conclusiones.Es decir, una
interesante experiencia de cómo se recibe un clásico en un mundo joven y
actual.
Él concluye que la experiencia ha
sido altamente positiva. “ Estos libros-dice-hablan poderosamente de
lo que puede ser el ser humano. Dramatiza hasta qué punto somos capaces de
llegar en el amor, el sufrimiento y el conocimiento.”
Y añade “La obras clásicas arremeten contra las costumbres de tantos
estudiantes, echan por tierra tantas beaterías contemporáneas amenazan tantas
formas de pereza; nos obligan a formular montones de preguntas sobre el yo y la
sociedad.”
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