sábado, 29 de septiembre de 2012

ROSA CÁNDIDA



Encanto y extrañeza son las dos palabras que vienen a la mente durante la lectura de esta novela”. Este comentario de “Le Figaro litteraire” pueden resumir bien el efecto encantador de esta novela, tercera de su autora, islandesa de origen, que ha recibido abundantes premios europeos.
Se trata de una historia de nuestros días que en algunos momentos remite a una época dorada, por su sencilla manera de nombrar directamente las cosas sin corrección política ni ideológica alguna. Su protagonista es un joven que vive y siente las realidades directas: la familia, la paternidad, las rosas, el amor. Su manera sencilla de contar las cosas acaba creando un ambiente mágico e inesperado.
La verdadera fuente de luz de la novela es la presencia encantadora de una niña pequeñita, verdadera rosa cándida, cuya relación con su padre es de una ternura y sensibilidad extraordinarias.Se nos revela así por un lado la levedad del ser, y por otro, su honda trascendencia.
Vivimos tiempos en  los que parece que se adora a los niños, pero, en realidad se los ignora. Si se les permite vivir, son motivo de cansancio y angustia :se insiste en lo costoso de su cuidado, y no en la belleza, bondad y verdad que aportan al mundo. En esta novela hallamos el lado más sensible y tierno (sin sensiblerías) de un joven actual, tan perdido como otros, pero abierto al cariño torpe pero sincero de su anciano padre, al recuerdo de su madre, jardinera  en un país de nieve y lava, a la belleza de las rosas, a la soledad de un monasterio y, singularmente, a la sonrisa desarmante de su hijita. 
“Mañana compraremos un lacito y te lo ponemos en el pelo.
  Mimí- responde ella en voz alta y clara.”
Os la recomiendo.
Audur Ava Ólafsdóttir
Rosa cándida
Alfaguara

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