jueves, 5 de mayo de 2011

MOTIVOS PARA VIVIR

   El cuadro que ilustra la portada de esta edición es un detalle de Fantin-Latour en el que aparecen dos mujeres de una familia, quizás madre e hija. La madre, abstraída en sus pensamientos, está sentada. La hija, seria, de pie, mira al pintor. Ambas visten de negro, y podrían ser la madre y la hija de las que nos habla esta espléndida novela de Magda Szabó, escritora húngara fallecida en 2007 a los 90 años de edad, e internacionalmente conocida (después de penosos silencios impuestos por el régimen comunista) gracias a otra de sus novelas, “La puerta” de 1987.
   “La balada de Iza” se publicó antes, en 1963, y omite cualquier referencia política ni ideológica. Nos habla tan sólo de una mujer viuda, que abandona su pequeña ciudad para irse a vivir a Budapest con su única hija, Iza, médica, divorciada, seria y obsesionada por dar a su madre una buena vejez liberándola de toda preocupación y trabajo. La madre intentará adaptarse, agradeciendo a su hija sus desvelos, pero la realidad se impone; necesita sus viejas costumbres y responsabilidades para sentirse útil.
   Con pocos personajes y una narración detallista, Magda Szabó se acerca a los deseos y sentimientos de estas mujeres y de algún hombre, ofreciéndonos así un magnífico trozo de vida que revela mucho más de lo que dice acerca de la vida en Hungría. La autora dosifica sabiamente la intriga, tanto en la acción externa cuanto en los procesos internos. La respuesta a la pregunta de  porqué se rompió el matrimonio de Iza es también la clave de la personalidad compleja y perfeccionista de la joven  doctora y del dramático final.
   El contacto con la tierra, la vigencia de los actos que nos conectan con la vida, la importancia de tener motivos para vivir, la necesidad de respetar la iniciativa de las personas mayores son algunos de los temas que van apareciendo en la obra. Quizá el elemento simbólico más característico sea el del fuego. La anciana añora el fuego “de verdad”, el que da llama, el que hay que alimentar con ramitas u otro combustible. El calor eléctrico, la calefacción central, la cocina que calienta sin llama, la cafetera eléctrica, consiguen quitarle las ganas de vivir.
   Se trata de una novela extraordinaria, que merece la pena leer, aunque su carácter intimista y su ritmo lento puedan no gustar a algunos. Pero a otros les gustará, tanto por lo que dice como, sobre todo, por lo que calla.
Szabó,Magda“La balada de Iza”
Ed.Mondadori 2008

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