miércoles, 18 de mayo de 2011

MEMORIAS DE UNA GEISHA


Lo más interesante de esta película , basada en una famosa novela, es el exotismo y la belleza de ese mundo reservado de las geishas.
Las geishas aportan belleza y armonía femeninas a un mundo de hombres. Ellas son verdaderas obras de arte vivientes: sus kimonos de seda, su peinado, su maquillaje, pero sobre todo la armonía de sus movimientos, sus danzas, su conversación amable, su atención a los pequeños detalles de la ceremonia del té, la música que saben sacar a sus instrumentos...
Todo en la geisha es subyugador. Pero en la vida humana todo tiene un precio, y el precio de tanta belleza y armonía es una vida injusta, bajo el dominio de otros, sin poder decidir por sí misma.
La película procura dulcificar tanto egoísmo y humillación con un final casi feliz. Pero resulta poco creíble.
                                                                                           

1 comentario:

  1. Lo grave es estar en manos de otros. Sufre la persona en su más profunda intimidad, al ser tratadas como objetos de placer. Se agradece una puerta a la esperanza, aunque tantas veces lo que empieza mal acaba también mal. Aun así, hay esperanza cuando hay sensibilidad.

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