Tolkien inventó “el hobbit” para entretener a sus hijos. Carroll inventó “Alice in wonderland” para sus pequeñas vecinas Linde, y K.Grahame escribió “El viento en los sauces”para su pequeño hijo Alistair, al que encantaban los animalitos pequeños y campestres que protagonizan la historia.
Una rata de agua, un topo, un tejón, un sapo…animales vulgares que viven cerca de un río .Humanizados en su vestir, en su hablar y sentir, Grahame reflejó en ellos los valores de la época victoriana: el hogar confortable, la familia acogedora, la cortesía, el amor a la tierra, que se combinan constantemente con la otra cara de la moneda : la llamada de la aventura, la atracción del “cálido sur”.Reflejan así estos animalitos esa constante del espíritu inglés :el apegamiento a la tierra y la fascinación por la aventura.
“Pero lo que ha hecho de “El viento en los sauces “ un clásico ,es su belleza literaria sencilla pero constante. En sus páginas se respira la poesía de la naturaleza, la evolución de las estaciones, el nacer y morir de las plantas, la vida de los pequeños animales a la orilla del río. Cuando se van a marchar las golondrinas a tierras más cálidas, manifiestan el sentimiento de perder “…los exuberantes prados de la vega, los húmedos huertos, los estanques cálidos y llenos de insectos, el ganado que pace, la recolección del heno y los edificios amontonados de la granja”.
El río es símbolo de la tradición , de lo estable y propio. En sus orillas se desenvuelve la vida de estos animalejos, trasunto de los seres humanos ,que en medio de sus dificultades confían siempre en el triunfo del buen sentido, de la amistad leal .Es el suyo siempre un mundo equilibrado, sujeto a unas reglas sociales de delicadeza y pudor.
La edición de Anaya se cierra con un muy interesante estudio de Jeremy Baker acerca de la época victoriana.
KENNETH GRAHAME
El viento en los sauces
Ed Anaya
Ilustraciones de Harry Hargreaves
No hay comentarios:
Publicar un comentario